Asumir en términos estratégicos, en el marco de la descentralización, la direccionalidad de los procesos de ordenamiento del territorio del Distrito Capital, que asegure la construcción y/o reconstrucción de un tejido urbano, social, cultural y patrimonial; a partir de la definición e implementación políticas e instrumentos de planificación y usos del suelo, considerando dinámicas participativas que incorporen las aspiraciones de los distintos actores de la ciudad, y contribuya a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y garantice una ciudad sostenible en todas las dimensiones de su desarrollo.